
El déficit fiscal, es decir, lo que le falta al Gobierno dominicano para financiar el gasto público, se ha ubicado entre el 2.7% de 2021 y el 3.1% del producto interno bruto (PIB) estimado para este 2024. En los últimos 13 años ha tenido dos picos: 6.6% en 2012 y 7.7% en 2020, en ambos casos por un disparo abrupto en el gasto, el primero por razones electorales, mientras que el segundo en un contexto del covid-19 y una caída de los ingresos por el cierre de la economía.
Ahora bien, ¿por qué República Dominicana, que crece en promedio un 5% anual, no logra mejorar su posición fiscal, teniendo que acudir al endeudamiento para cubrir el Presupuesto? Entre las razones están: baja recaudación, subsidios, transferencias, exenciones fiscales, factores externos, evasión e informalidad de la economía, entre otros factores.
Entre los factores que pudieran explicar el déficit público hay dos que resaltan: la informalidad, que es aproximadamente un 56% del PIB, lo que evita una efectiva fiscalización de los potenciales contribuyentes, y las exenciones fiscales, también llamadas “gasto tributario”.
Según el Ministerio de Hacienda (MH), que refiere una definición que da la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), el gasto tributario es el monto de ingresos que el fisco deja de percibir al otorgar un tratamiento impositivo preferencial que se aparta del establecido en la legislación tributaria, con el objetivo de beneficiar a determinados sectores, áreas geográficas, actividades o contribuyentes.
El déficit fiscal y el gasto tributario han sido dos variables permanentes en el tiempo. En términos matemáticos, no así en la práctica, es posible lograr un balance en el Presupuesto, toda vez que el gasto tributario como porcentaje del PIB ha sido superior al déficit durante la última década con excepción de 2012 y 2020. Entre 2013 y 2019 el déficit fiscal promedio anual fue de RD$74,000 millones, es decir, un 2.3% del PIB, aproximadamente.
Luego de 2020, como consecuencia del covid-19, la realidad cambió diametralmente. De RD$75,525.4% durante el año previo a la pandemia (2.2%), el monto se disparó a RD$345,155 millones en el ejercicio fiscal siguiente, equivalente a un 7.7% del producto. En 2021 retornó a la normalidad relativa, al alcanzar un 2.7% del PIB, pues cerró en RD$144,778.6 millones. La ponderación no excedió el 3.0% del PIB por el crecimiento de 12.3% que registró la economía.
Luego del retiro del Proyecto de Ley de Modernización Fiscal de parte del Gobierno, con el cual buscaba recaudar alrededor de RD$122,486 millones, los números en cuanto al déficit y el gasto tributario valen la pena observarlos de cerca. Esto así porque una de las críticas que surgieron es que la propuesta tributaria del Poder Ejecutivo no incentivaba la formalización de la economía, pero sí todo lo contrario, además de que tampoco decía cómo iba a combatirse la evasión.
El gasto tributario total entre 2012 y 2024 habrá de cerrar en dos billones RD$884,923.5 millones, mientras que el déficit fiscal estaría en un billón RD$793,283.8 millones, lo que significa que en exenciones hay un billón RD$91,639.7 millones por encima. En términos relativos, el déficit fiscal equivale al 62.2% del total del gasto tributario en este período.
Para 2025, según los datos publicados a la fecha para Hacienda, los números marcan una continuidad de esta política del Estado de otorgar exenciones cuyo monto superará el déficit fiscal. Para el próximo año, el monto por concepto de gasto tributario ascenderá a RD$383,566.2 millones, mientras que el déficit fiscal se estimó en RD$242,869.9 millones. En 2016, 2017 y 2018 el déficit fue “frizado” en RD$75,893.5 millones, cambiando sólo la ponderación respecto al PIB.